Grande fue mi sorpresa cuando, de camino a casa, me topé con esta peculiar oficina. Si, has leído bien, aunque parezca mentira, aquí trabaja una persona en sus labores de vigilancia de un camino comarcal. Persona digna de ser alabada, porque levantarse cada día para llegar a este lugar no debe ser muy placentero. A él, seguro, no le parece tan gracioso y digno de fotografiar.
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